sábado, 14 de marzo de 2009

Slumdog Millionaire



La gran ganadora de los Oscar 2008 fue Slumdog Millionaire, película del director inglés Danny Boyle (Trainspotting 1996). La decisión de la Academia no sorprendió ya que se la veía como favorita para la categoría de Mejor Película, y con sus 10 nominaciones estaba claro que algunas estatuillas doradas se llevaría.

Jamal (Dev Patel), un joven hindú criado en chabolas participa en la versión hindú del concurso "¿Quieres ser millonario?", ante todo pronóstico va acertando una a una las preguntas. Su oficio es ser camarero de una empresa de teleoperadores, por lo que nadie entiende que logre saber las respuestas correctas. Ante esto, la policía lo interroga y él va relatando cómo es que cada pasaje de su vida le ha ido revelando las respuestas.



Slumdog es una película que si se quiere disfrutar hay que adentrarse en el juego, en las inverosimilutdes que presenta, en evitar criticar algunos clichés impuestos, si logramos esto, Slumdog Millionaire será una película divertida, romántica y conmovedora.

Entre las cosas que saltan a la vista en la película está el casting realizado, los niños, a pesar de no tener experiencia previa en la actuación, logran entretener y enternecer con sus aventuras y desventuras. Salim (Azharuddin Mohammed Ismail), el hermano cabroncete de Jamal, se muestra bastante resuelto en su actuación, así como Jamal de niño (Ayush Mahesh Khedekar) que también nos ofrece una buena interpretación.

Un fallo en el casting es que Latika, la niña de ojos saltones (Rubiana Ali) que los hermanos Jamal y Salim conocen de pequeños, se convierte en su juventud en prácticamente una modelo como lo es Freida Pinto.

La actuación de Dev Patel no fue extraordinaria, sin embargo la cara de atontado que muestra en la primera mitad de la película me pareció que fue precisa para transmitir las características de su personaje: el clásico bonachón sentimental y romántico.

Los treinta primeros minutos de Slumdog ganan ritmo por el buen trabajo de su banda sonora. Los altos y bajos de la música nos hace disfrutar de cada escena, vivirla los correteos de los niños Salim y Jamal por las calles peligrosas de Dumbai. Muy bien merecido el Oscar a Rahman, autor de la banda sonora.


El final decae un poco, pero soy de las que sí disfrutó del baile grupal al estilo Bollywood y sintió que se llevaba de recuerdo una película positiva y entretenida después de haberse adentrado en todo este drama social.

0 comentarios: